Tarjetas de memoria: cuál elegir para almacenar tus fotos y vídeos. Los smartphones, las cámaras, los GPS… todos necesitan ya una tarjeta de memoria con la que puedas almacenar datos, imágenes, vídeos, etc. Pero se hace imprescindible elegir bien a la hora de comprar una tarjeta ya que existen varios tipos y muchos precios diferentes. Lo importante es saber para qué vas utilizar la tarjeta y cuáles son tus necesidades. No es lo mismo disparar una cámara en JPEG que en RAW, ni grabar vídeo, ni almacenar juegos y aplicaciones. Te damos algunos consejos para que puedas seleccionar bien tu tarjeta de memoria.
A la hora de elegir un smartphone o una cámara de fotos no solemos darle demasiado importancia a la tarjeta de memoria que viene estándar o la que compramos en ese momento. Sin embargo, es fundamental elegir bien el tipo de tarjeta ya que soportará mucho trabajo y será el dispositivo que guarde imágenes, vídeos, aplicaciones y documentos que no querrás perder. Una mala elección puede resultar terrible si pierdes algún dato o si te quedas sin memoria en el peor momento posible.
Hoy en día la mayor parte de los aparatos electrónicos utilizan tarjetas de memoria para almacenar datos. Los teléfonos móviles, las cámaras de fotos, ordenadores, navegadores y otros muchos dispositivos. El denominado almacenamiento Flash está muy extendido ya que no solo nos referimos a pendrives sino también de las diferentes tarjetas de memoria. Vamos a explicarlos un poco más.
Tipos
Existen varios tipos principales de tarjeta de memoria: CompactFlash (CF), Secure Digital Card (SD card), MiniSD Card, Memory Sticks, microSD… y dentro de ellas hay diferentes grupos según la capacidad y la velocidad de lectura y escritura, que otorgan más o menos calidad a una tarjeta u otra.
Lo importante es saber cuál es el tipo de tarjeta que utiliza nuestro dispositivo y, sobre todo, cómo y para qué vamos a utilizar ese aparato. Muchos usuarios creen que cuanto más capacidad la tarjeta será mejor pero hay que tener en cuenta varios aspectos como la velocidad a la que puede leer y escribir la tarjeta y el uso que vamos a hacer de ella. Para un teléfono móvil no es necesario instalar una tarjeta de 32 GB porque los archivos generados, aplicaciones y datos, no suelen ser demasiado grandes. Pero si vas a usar muchísimo su cámara y almacenar muchas imágenes quizá si te compense.
Y en una cámara fotográfica sí hay que mirar mucho la velocidad de lectura y escritura para hacer fotos rápidamente y la capacidad de almacenaje total dependiendo del formato de archivo utilizado. Vamos a detallarlo mejor.
Cámaras fotográficas
Lo primero es conocer qué tipo de tarjeta admite nuestra cámara. La más extendida ahora mismo es la Secure Digital Card. Después hay que saber qué tipo de archivos puede generar la cámara. Si es una compacta lo habitual es que tome las fotografías en JPEG, un formato que es ligero pero que comprime la imagen en bruto para reducir su peso.
Sin embargo, en una cámara réflex y algunas compactas de alta gama también se admite el formato RAW, de mucha más calidad y peso. Este formato es como un negativo digital, sin compresión tal y como sale del procesador de la cámara. Es el formato ideal para obtener la mejor calidad de imagen, para tener un postprocesado ideal ya que no se pierde información. Si eliges disparar en RAW ten en cuenta que cada archivo puede pesar entre 10 y 30 MB, por lo que tienes que mirar mucho la capacidad de la tarjeta de memoria.
En una cámara réflex o avanzada que genere archivos RAW, tenemos que buscar una tarjeta de tamaño grande. Si no lo hacemos podemos encontrarnos con desagradables sorpresas de falta de memoria en momentos irrepetibles.
Para hacernos una idea. Disparando en formato RAW de 10 MB, en una tarjeta de 4 GB caben 320 fotos y en una de 64 GB caben 5.120 imágenes. Si subimos la calidad del RAW a 24 MB, en una tarjeta de 4 GB solo caben 130 fotos. Así que hay que tener cuidado con la elección.
Si tenemos una cámara compacta el tamaño de las imágenes JPEG no son tan altos así que no es necesario tener tarjetas de mucha capacidad. El problema surge cuando además haces vídeos. En este caso, en una tarjeta de 4GB caben unas 220 imágenes en JPEG más 50 minutos de vídeo. En una tarjeta de 64 GB subimos a 1.200 fotografías y unas 5,6 horas de vídeo.
La velocidad de lectura será el tercer criterio que debes tener en cuenta. Cada tipo de tarjeta tiene una subdivisión que establece a base de sus velocidades de escritura y lectura.
Las tarjetas CompactFlash son las más rápidas ya que pueden escribir hasta 167 Mbyte por segundo. En las tarjetas SD existen varias clases: la clase 2 tiene una velocidad de lectura y escritura de 2 MB/s, la 4 de 4 MB/s, la 6 de 6 MB/S y la 10 de 10 MB/s. Todo esto es importante porque si quieres hacer fotografías con rapidez no puedes elegir una tarjeta de clase 2 o 4, en este caso. Escoge siempre teniendo en cuenta cómo vas a utilizar tu cámara.
Otra cosa es saber si vas a necesitar más de una tarjeta de memoria. Algunos usuarios prefieren llevar más de una tarjeta de repuesto para casos imprevistos.
Teléfonos móviles
La mayoría de los smartphones te permiten ampliar su memoria interna a través del uso de tarjetas. La mayor parte de ellos utilizan tarjetas microSD, que son dispositivos muy pequeños de tamaño.
En el caso de los móviles hay que preguntarse lo mismo que con las cámaras. ¿Para qué voy a usar el teléfono móvil? ¿Cuáles son mis necesidades? Si vamos a almacenar muchas imágenes deberíamos buscar una tarjeta con un tamaño amplio de memoria. Si no es así, con una tarjeta de 2GB puede ser suficiente.
Es cierto que los móviles no solo sirven para almacenar imágenes, también guardan aplicaciones y datos del teléfono. Si vas a guardar muchos juegos y aplicaciones debes tener en cuenta su tamaño. Un widget normal suele pesar 2 o 3 MB pero un juego puede llegar a 70 o 100 MB. Si eres de los que almacenas muchas aplicaciones compra una tarjeta de más memoria, pero normalmente será difícil que llenes una tarjeta de 4 u 8 GB.
Estos consejos te ayudarán a elegir mejor tu próxima tarjeta de almacenamiento aunque la clave principal será sabe para qué vas a utilizar ese almacenamiento. Tenlo en cuenta cuando vayas a adquirir otro dispositivo de almacenamiento.